miércoles, 9 de mayo de 2012

DESCARGA EL AGUIJÓN 11



EL INTERNET COMO UN TERRITORIO EN DISPUTA.
(publicado en el aguijón 11.  Por il Ribelli)

El actual desarrollo del conocimiento técnico-científico, la gran industria que lo vuelve tangible y nuestra compulsiva y esquizofrénica apetencia al consumo desenfrenado han agregado a nuestro comportamiento complejas formas de interacción y de interrelación social. Al menos eso parece caracterizar la invención del mundo digital y cuando decimos mundo queremos decir que se han propiciado nuevos espacios, nuevos territorios en el ámbito de lo virtual. O sería más acertado decir el mundo en digital.
Aunque creado con fines militares aún todavía vigentes y en continuo desarrollo, el internet constituye hoy un territorio rico en posibilidades, en disputa, por conocer y por gobernar. Proponemos el término territorio ya que la internet no solo representa ese espacio donde se almacena la información y se procesan datos, sino que también se refriere a la conexión universal ¿conexión de qué? pues de las cosas y las personas.
Qué significado puede tomar el hecho de que los regímenes de Israel y EE.UU hayan creado un gusano –un software destructivo- para atacar las plantas nucleares iraníes, o los continuos ataques cibernéticos entre los Estados más poderosos como China, USA, Rusia, Inglaterra, Las Coreas, etc., los continuos fraudes financieros que inventan cifras de dinero inexistente, el espionaje político o de mercadeo traficando perfiles, gustos y modas con sus bases de datos o los sabotajes entre corporaciones de la comunicación. Si se pueden parar maquinas con virus digitales a quilómetros de distancia, si se pueden acceder a los archivos más protegidos, si se pueden generar comportamientos planificados de la sociedad, no es nada raro entender ahora porqué las nuevas leyes de los Estados más poderosos dediquen gran cantidad de su presupuesto a la Industria y al control del Internet, algunos viéndolo como una plataforma de guerra, otros como mecanismo de control, como modernización, como conexión, en fin, como posibilidad o  metafóricamente hablando, como el nuevo continente en el cual se puede emprender una nueva empresa colonizadora.Lo anterior se trae a colación como un breve contexto para comprender lo que se ha denominado la guerra del internet.

WikiLeaks y los traficantes de la información.
El escándalo generado por los cables de WikiLeaks en los que se publican 250.000 documentos clasificados de inteligencia de diferentes gobiernos del mundo en el internet nos ha dejado varias inquietudes. No entraremos a polemizar los propósitos de WikiLeaks o de su representante Julián Assange con tales revelaciones, pero lo que viene pasando con su supuesto contenido viene agregándole más tensión al hoy inestable orden mundial.
 -   Existe una gran distancia entre los cables y la información difundida por los grandes medios corporativos. Después de haber sido bloqueado el sitio web oficial de WikiLeaks, Assange decide “entregar” la exclusiva a grandes medios noticiosos como El País de España, el New York Times, Le Monde de París, The Guardian británico y la revista alemana Der Spiegel, publicaciones insertas en poderosos intereses mediáticos globales, controlados por las grandes elites transnacionales y ahora convertidos en intermediarios exclusivos de los documentos clasificados a donde todas las demás agencias noticiosas deben recurrir para conocer su contenido. “Las versiones redactadas son aceptadas por el público porque llevan el sello de "fuente confiable", cuando en realidad lo que aparece en las páginas de los periódicos principales y los canales de televisión es una cuidadosa manipulación y distorsión de la verdad” asegura el periodista canadiense Michel Chossudovsky.
-Si bien los cables contienen información de numerosos crímenes de guerra perpetrados por los Estados Unidos, la información referente a otros Estados como Irán, Venezuela, Cuba, China, Rusia, Corea del Norte, Bolivia, etc., parece seguir la misma imagen difundida por los medios corporativos controlados por el pentágono y guiados por la noción de terror y terrorista. Y aunque ya se han demostrado la falsedad en algunas de las supuestas revelaciones “el uso y la interpretación que hacen los medios corporativos de los cables de WikiLeaks sirven para perpetuar los mitos” (Chossudovsky) construidos en la guerra global contra el terrorismo y aumentando la tensión entre los Estados agredidos. Por ejemplo el programa nuclear iraní y sus relaciones con otros Estados “apologetas del terrorismo”.
-¿Disidencia manufacturada? “WikiLeaks tiene las características de un proceso de disidencia manufacturada. Busca exponer mentiras gubernamentales (…) Pero una vez que el proyecto ha sido vertido en el molde del periodismo corporativo, es usado como un instrumento de desinformación” (Chossudovsky). El periodista que estamos citando, en sus artículos y publicaciones se ha encargado de reflexionar la relación entre los grandes medios corporativos, la elites financieras, los traficantes de la información y las agencias de inteligencia de algunos Estados. Julián Assange parece estar inserto en dichas relaciones lo cual nos haría pensar que detrás de WikiLeaks se esconden oscuros intereses ya que las principales denuncias responden al tema de la Guerra. ¿Sera que se quiere generar una especie de desinformación para la guerra? ¿Debemos creer en la nueva transparencia de los intermediarios exclusivos de la información como lo son El País de España y el New York Times?

Más que buscar pruebas para afirmar que los Estados son criminales el proyecto WikiLeaks nos deja claro algo: que se está buscando por todos los medios posibles darle veracidad al periodismo corporativo que no es otra cosa más que la voz de los poderosos y dueños del mundo.

Para mayor información véase:
www.rebelion.org/noticia.php?id=118917, www.rebelion.org/noticia.php?id=119236,        www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=22389, Michel Chossudovsky, "Manufacturing Dissent": the Anti-globalization Movement is Funded by the Corporate Elites, septiembre 2010.

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